En esta oportunidad voy a referirme a la Cultura Innovadora en las Empresas. ¿Por qué referirnos a la Cultura Innovadora en las empresas”? Siempre he pensado que dentro la planificación, estructuración, dirección, liderazgo y su resultado, más allá del concepto de eficiencia considero importante el concepto de “creación de valor”. Por lo tanto, dentro del ambiente de una empresa, su cultura, parte fundamental es tener los conceptos claros. Recuerdo que un amigo en la universidad siempre me recalcaba que yo siempre estaba más preocupado de los conceptos que del resto de las materias. Ciertamente, años después el tiempo me dio la razón. Con los cambios acontecidos con el fenómenos de la globalización, la competencia se ha intensificado y masificado, las empresas se ven en la obligación de diferenciar sus productos de sus competidores, ganar terreno en los mercados, segmentando en negocios complementarios al principal de la empresa, lo cual les permita generar mayor rentabilidad y utilidades en la asignación de los recursos que están a sus disposición. Debo decir que no me equivoqué en mi apreciación y priorización durante mi formación universitaria. La conceptualización es radicalmente importante a la hora de implementar, gestionar y vivir en una cultura innovadora. Lo que nos falta hoy en Chile es “empaparnos de la cultura innovadora que se está viviendo en el resto de la economía mundial”. Por ejemplo, tal como lo sostiene Ivan Vera (1) un concepto fundamental en materia de innovación es “la prueba y error”. En este sentido, las empresas en nuestro país todavía siguen guiadas por el concepto de “eficiencia” más que por la “creación de valor”. A título personal (2), considero que la innovación se desarrolla en base a este concepto de prueba y error, es lo que permite mediante la metodología de la observación, la implementación, la colaboración, entre otros un desarrollo de creación de valor. Nos caracterizamos por castigar el error en pos de la eficiencia. Esto genera realidades distintas entre nuevas empresas que se embarcan en la cultura de la innovación, en comparación con las empresas con gestión tradicional de visión eficiente. Estas últimas, al castigar el error, al poner condiciones a la participación de los profesionales talentosos e ingeniosos que conforman una empresa tradicional, en materia de toma de decisiones sobre la gestión de sus empresas, nuevas ideas, etc., tienden a frenar el potencial crecimiento de sus propias empresas, la posibilidad de incrementar las ganancias por concepto de venta en nuevos mercados por no invertir en nuevos proyectos de gran potencial de creación de valor. En este sentido, vale la pena recordar que, una empresa aumenta su valor (y por ende aumenta el patrimonio de sus accionistas) al invertir en proyectos que “crean valor” (productos y servicios de valor agregado, lo cual lleva implícito la creación de valor al mercado). Si la empresa tradicional, con su visión de eficiencia, solo invierte en proyectos tradicionales, dejando de lado la visión de creación de valor, estará dejando de lado proyectos que incrementen mayor valor al patrimonio de sus accionistas, situación que por lo general en empresas multinacionales no se perdonan. Por lo general, este tipo de situaciones son responsabilidad principal del Directorio de la empresa (Gobierno Corporativo), en su rol de “ejercer un liderazgo de creación de valor y control interno de la empresa, de manera de alcanzar un manejo adecuado de los riesgos”, lo cual ayuda a mantener un negocio fuerte y dinámico (3).
La creación de valor lleva consigo aparejado el concepto de “rentabilidad”, que dice relación con la utilidad a obtener en un proyecto a partir de una inversión realizada (4). Para este caso, gran importancia poseen las mediciones e índices de innovación que una empresa puede implementar, de acuerdo al rubro al cual la empresa se dedica. Este tema es vital a la hora de gestionar innovación en las empresas (materia que ya habíamos tratado en “¿Cómo Medir la Innovación? ¿Por qué Medirla? (Primera Parte), (Segunda Parte)”). La utilización o implementación errónea de un índice, puede causar grandes distorsiones financieras en una empresa (caso de utilización de índice de patentes en empresa Motorola y la creación de Lagunas azules (5)).
Otro concepto que va muy de la mano con la innovación es el de la “creatividad”. La creatividad se entiende como “el proceso de presentar un problema y luego originar o inventar una idea, concepto, noción o esquema según líneas nuevas o no convencionales, lo cual supone estudio y reflexión más que acción. La creatividad es la capacidad de ver nuevas posibilidades y hacer algo al respecto” (6). Cuando una persona va más allá del análisis de un problema e intenta poner en práctica una solución se produce un cambio. Alfonso Paredes Aguirre sostiene que “cuando una persona va más allá del análisis de un problema e intenta poner en práctica una solución se produce un cambio. Esto se denomina Creatividad: ver un problema, tener una idea, hacer algo sobre ella, tener resultados positivos”. En tal sentido podemos decir que:
- La creatividad está latente en casi todas las personas en grado mayor que el que generalmente se cree.
- Cuando se trata de creatividad e inventiva, lo emocional y no racional es tan importante como lo intelectual y lo racional.
- Los elementos emocionales y no racionales pueden enriquecerse metódicamente por medio del entrenamiento.
- Muchas de las mejores ideas nacen cuando no se está pensando conscientemente en el problema que se tiene entre manos. La inspiración surge durante un periodo de “incubación”, cuando un hombre está manejando camino al trabajo, o regando su jardín o jugando.
En este sentido innovación y creatividad se conjugan con el concepto de “talento”, vale decir, “el conjunto de dotes intelectuales que constituyen el llamado Capital Humano, que es considerado como el activo intangible que la organización atrae y mantiene para el desarrollo estratégico de la organización, este capital humano que se traduce en capacidades naturales o adquiridas para el desarrollo adecuado de una ocupación (7). Al respecto, Ivan Vera sostiene que toda la gente nace con talentos iniciales, la diferencia está en la actitud, la gente con talento extraordinario es porque tiene disposición a aprender, esa gente construyó talento, lo forjó día a día llegando a ser extraordinario, no nació extraordinario. El talento se construye todos los días. El talento se desarrolla. Una adición al respecto, realizada por Iván Vera respecto al talento, sostiene que “el talento atrae talento, el talento atrae capital, pero el capital no necesariamente atrae talento”.
Basándome en las palabras de Iván Vera respecto a los talentos y lo que sostiene Alfonso Paredes respecto a la creatividad, las empresas que internalicen una cultura innovadora, deberán poner gran atención a la gestión de talentos y la creatividad. Estrategias al respecto hay diversas, y son las que marcan la diferencia en las empresas y su accionar como creadoras de valor.
(1) Ivan Vera, Gerente General de IGT, "Entrevista a Iván Vera y Emilio Giacomo en Programa UCV TV", Chile- Latinoamérica.
(3) "Gobierno Corporativo", Hugo Céspedes A., www.hcglobalgroup.com.
(4) Más adelante en futuros posteo en nuestro blog, abordaremos el tema de la Innovación y Finanzas Corporativas.
(5) "¿Cómo medir la innovación? ¿Por qué medirla?: (Primera Parte)", HUgo Céspedes A., www.hcglobalgroup.com.
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